Tras ser adquirida recientemente por la familia Espinosa, la bodega Díez-Mérito está logrando recuperar todo el prestigio y el protagonismo que se le resistieron desde la expropiación de Rumasa a principios de los ochenta.
La calidad de sus vinos, unida a la proyección de otras marcas que forman parte del portfolio del grupo, como Bertola o Pemartín, ha llevado a sus responsables a recibir formación en comunicación para aumentar la productividad de la empresa.
De esta forma, el pasado martes, gran parte del personal participó en el curso “Hablar en Püblico: la Asignatura pendiente”, que imparte Eugenio Camacho Media Coach & Comunicador. La formación se impartió en el complejo que el grupo bodeguero posee en la carretera Morabita.