¿Cómo obligar a alguien a creer o a hacer algo?
Matías Monge dice que con la palabra se lo puede lograr.
- El lenguaje es una herramienta para lograr un fin –afirma este bahiense de 36 años que se define como pedagogo. De eso se trata la oratoria. Claro, no todos pueden llevarla adelante.
- El lenguaje tiene recursos y técnicas que se aprenden -–advierte Matías que, con profesionales de distintas áreas, lo enseña en el Instituto de Oratoria.
- ¿Cómo?
- Nosotros capacitamos en esas técnicas.
- ¿Y cuáles son esas herramientas?
- Se pueden aprender la dicción, la inflexión y el uso correcto de la voz. Pausas, silencios y ritmos discursivos. También a eliminar muletillas, a modelar actos no verbales del discurso y sus efectos, a estructurar el contenido de un discurso, sus tiempos y momentos.
Según Matías la oratoria enseña a ver al lenguaje como a un instrumento y al orador como a un intérprete. - Todas las personas saben hablar pero no todas saben o logran persuadir ni convencer a las demás sobre sus ideas–agrega.
- ¿Por qué los policías hablan con tantas vueltas y usan palabras como nosocomio, femenino, masculino, nn, sujeto, motovehículo?
- En muchas profesiones se usan las muletillas o palabras propias de su trabajo.
- Pero parece que pretendiera elevar su discurso.
- Es probable que eso venga del prejuicio de que los policías no tienen un alto grado de educación, y como ellos lo saben quizás intentan desterrarlo así.
- ¿Por qué los jugadores de fútbol dan vueltas cuando les preguntan?
- El jugador, en general, habla en tercera persona porque no puede personalizar la situación. Toma el discurso de otros y lo hace propio.
Matías dice que el lenguaje es uno solo. - No hay muchas maneras de hablar. Sí existen muchas maneras de persuadir al otro. Algunas herramientas del lenguaje tienden a perderse por la urgencia de comunicar.
- ¿Cuáles?
- Hay una gran devaluación del lenguaje fomentada por la prisa al comunicar. Eso se inicia en la formación escolar y crece con los años.
Explica que la condición por excelencia que la lógica y la oratoria le imponen al lenguaje es ser claro. - El lenguaje puede ser ambiguo en algunas situaciones, como un recurso, pero no puede ser impreciso porque entonces se produce un vacío comunicativo.
Matías resalta que para ser un buen orador es clave conocer del tema. - Si no cómo sé adónde voy. La oratoria consiste en tener herramientas para persuadir.
- ¿Por qué es difícil poner en palabras lo que se piensa?
- Por pruritos, por miedos, inseguridad o porque no se tienen las herramientas.
- ¿Sirve saber de oratoria para discutir con nuestra pareja, amigos, hijos?
- La oratoria es racional y lo afectivo se aleja de lo racional. Cuando uno discute en pareja entra a jugar el “quién lo dice” y en oratoria existe lo que llamamos la falacia ad hominem (dirigido contra el hombre). Es el razonamiento que se centra en desacreditar a la persona que la defiende.
- ¿La oratoria está cerca del chamuyo?
- Nooo. Conozco a grandes oradores que no le ponen flores a su lenguaje. Y en el chamuyo un poco de flores siempre tiene que haber, ja, ja, ja.
- Ser un buen orador, ¿sirve para conquistar?
- No creo. Lo cierto es que no conozco oradores tímidos y quizás ese sea un primer paso para una conquista.