Me hace llegar bien temprano por WhatsApp mi buen amigo Paco Domouso, secretario general de Cáritas Andalucía, un enlace que me da pie al siguiente artículo.
Al parecer, el papa Francisco, uno de los mejores comunicadores del mundo en la actualidad, visitó este viernes la universidad Roma Tre, un instituto público en el que cursan unos 40.000 estudiantes. Dice la noticia que “el Santo Padre prefirió improvisar y entregó el discurso escrito para después lo lean”, y a continuación adjuntan el texto que el papa no leyó.
Considerando que Bergoglio es más de improvisar que de leer, algo que ya demostró siendo Arzobispo de Buenos Aires, ya intuíamos que el actual Obispo de Roma iba a prescindir del texto leído más que Juan Pablo II y desde luego mucho más que su inmediato antecesor, Benedicto XVI.
En esta ocasión, Francisco opta por la forma más eficaz de ejecutar el discurso: el aprendido. Aunque el bien leído es igualmente eficaz, lo es más el que se hace sin la ayuda de un solo papel, y el papa, que es un excelente orador, lo sabe. La naturalidad, la humildad y hablar desde el corazón son, junto al mensaje, los tres pilares de la Oratoria que el papa Francisco domina fantásticamente. A resultas de esto, su intervención puede parecer improvisada, pero no lo es. El texto con el discurso que llevaba preparado y que dejó para que fuese repartido es una buena prueba de ello.
En su día, alguien me dio un consejo que guardo como oro en paño: “La mejor improvisación es la que se prepara”.
Os dejo aquí el enlace de la noticia:
https://es.zenit.org/articles/texto-del-discurso-del-papa-francisco-que-no-leyo-en-la-universidad-roma-tre/