Las manos hablan. Sin necesidad de articular palabra, un simple gesto con la mano denota nuestro estado de ánimo. Por eso son insustituibles compañeras de la palabra y uno de los elementos más destacados del lenguaje no verbal.
Por este motivo, agarrarnos al atril como si éste fuera a salir corriendo es una mala costumbre bastante extendida cuando vamos a hablar en público.
Utiliza tus manos cuando hables porque así potenciarás la comunicación. Ni te agarres al atril, ni cruces los brazos, ni metas las manos en los bolsillos o las ocultes detrás de la espalda. Las manos hablan.